México Poder Autónomo

lunes, 19 de febrero de 2007

Acuerdos de San Andrés; 11 años después

El 16 de febrero de 1996, después de un largo y complicado proceso denegociación entre el gobierno federal y el EZLN, se firmaron los primerosacuerdos de paz entre ambas delegaciones. A once años de ese actoesperanzador, sucedieron múltiples acontecimientos que echaron abajo loandado. Como una pequeña recapitulación de esta etapa de la vida políticamexicana podemos destacar lo que sigue:
1. Los acuerdos de paz en materia de derechos y cultura indígenas fueronpactados en el marco de una negociación amparada por la Ley para elDiálogo, la Conciliación y la Paz digna en Chiapas, aprobada porunanimidad en el Congreso de la Unión el 11 de marzo de 1995. Los acuerdosde San Andrés Larráinzar no son resultado de una ocurrencia, ni de unmomento de inspiración, sino la conclusión de un proceso de negociaciónque contó con el respaldo, la autoridad y el compromiso de todas lasfuerzas políticas del país y todas las instituciones de la República.
2. La elaboración de la iniciativa de modificaciones constitucionales enmateria indígena derivada de dichos acuerdos fue redactada en SanCristóbal de las Casas por la Comisión de Concordia y Pacificación(Cocopa), en noviembre de 1996, por acuerdo de las partes: gobiernofederal y EZLN.
3. La iniciativa de ley es una trascripción puntual de los acuerdos de pazfirmados. El contenido de la iniciativa de ley indígena de la Cocopa es elcontenido de los acuerdos de San Andrés Larrainzar, ni más ni menos.
4. A pesar de tener el aval de sus representantes, el ex presidenteZedillo desconoció en la práctica, en los hechos, los acuerdos que firmósu gobierno.
5. El ex presidente Fox presentó la iniciativa de la Cocopa en un actomediático de propaganda política poselectoral, pero jamás la defendió. Lasupuesta resignación frente al texto final del dictamen y a ladesnaturalización de los acuerdos de San Andrés, contrastó frente a laactitud que asumió el Ejecutivo federal en la reforma fiscal y eléctrica.
6. El procesamiento de la iniciativa de ley Cocopa se realizó en uncontexto donde los grandes ausentes en la discusión fueron los propiosindígenas. El dictamen aprobado por el Congreso no contempla a lascomunidades indígenas como entidades de derecho público, no les reconocedominio y jurisdicción en sus tierras y territorios sobre los recursosnaturales, salvo aquellos que son del dominio de la nación; no garantizalos derechos políticos de los indígenas, como tampoco permite laasociación de comunidades y municipios indígenas, entre otras grandesomisiones.
7. En este proceso el papel de la Cocopa ha sido irrelevante en tanto susmiembros no ejerzan a plenitud las facultades republicanas que la ley lesotorga. La decisión y voluntad por la paz pueden ser los elementos que lepermitan jugar un papel más significativo en un nuevo esfuerzo por la paz.
8. No obstante, la iniciativa Cocopa sigue vigente. Ante la ausencia deresultados en el proceso de paz y el rechazo de los pueblos indígenas a lareforma constitucional aprobada, un grupo de más de 160 legisladoresvolvimos a presentar dicha iniciativa a la Cámara de Diputados, en febrerode 2002. El hecho de que esta nueva presentación haya sido firmada pordiputados, que incluso votaron a favor de la misma, habla delreconocimiento de que la reforma aprobada no respondió ni a lasexpectativas de los indígenas ni al proceso de paz.
9. Retomar el camino del diálogo en Chiapas pasa por la reposición delprocedimiento legislativo para discutir en forma republicana y conforme alo dispuesto en el artículo 6 del Convenio 169 de la OIT, la iniciativaCocopa. Presentar otra iniciativa indígena con una interpretación de loque a nuestro entender carece, la aprobada por el Senado, sólocontribuiría a generar mayores niveles de confusión.
10. Para ello es necesario que el gobierno federal, el Congreso de laUnión, las direcciones partidarias y los grupos parlamentarios construyanjuntos un nuevo escenario a favor de la paz. La reforma del Estado tanmentada en los discursos, pero escasa de hechos verificables, puede ser lapuerta de entrada al redimensionamiento del Diálogo Nacional para laReforma del Estado. Sin embargo, este proceso sin los zapatistas estácondenado al fracaso.
El EZLN no tiene por qué confiar en las instituciones de la República,todas le fallaron. Por ello, son éstas las que tienen la responsabilidadde construir una nueva alternativa que destrabe el proceso de paz.Recuperar la confianza no es ni será un proceso sencillo. La solución seha pospuesto, pero no está resuelta. El silencio oficial no puede ocultarla traición a los acuerdos de San Andrés. De nuestra parte el compromisocon los zapatistas es inclaudicable: hasta alcanzar una paz con justicia ydignidad y el reconocimiento a su lucha y a su causa.
PD: Si el ex presidente Vicente Fox presume de haber violado la ley y elgobierno se lo permite, estamos ante un Estado conformado por cómplices ydelincuentes. ¿Cuál es la autoridad moral del gobierno para combatir lailegalidad, si el propio ex titular del Ejecutivo reconoce con cinismo ydescaro el carácter delincuencial de sus actos como gobernante?
Jaime Martínez Veloz
radioveloz@gmail.com
"La Jornada", México, 16 de febrero de 2007.
http://www.jornada.unam.mx/2007/02/16/index.php?section=opinion&article=026a1pol

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